Desde que se diera el golpe de estado del 29 de junio, la dictadura de Micheletti en Honduras, que incluye claramente a miembros del "Battalion 3-16"(Billy Joya, Nelson Willy Mejía Mejía y Napoleón Nassar Herrera), ha violado los derechos humanos, "desaparecido" a al menos tres personas, ejecutado extrajudicialmente a cerca de diez y encarcelado a centenares. A pesar de ello, han tenido lugar protestas de una magnitud nunca vista hasta ahora, alcanzando su punto álgido el 11 de agosto con la llegada a Tegucigalpa de más de 70 000 manifestantes y a San Pedro Sula de otros cuantos miles, coordinados por el Frente contra el Golpe de Estado, Front against the coup d'etat. El Comunicado nº 19 del Frente avisa de que si Micheletti no dimite en los próximos días y no se reestablece el gobierno de Zelaya, el Frente multiplicará las acciones de desobediencia civil que ya han paralizado la economía y exigirá la apertura de procesos nacionales e internacionales contra los responsables de las ejecuciones extrajudiciales y de todas las demás violaciones de los derechos humanos.

La prensa occidental, salvo pocas excepciones, apenas ha informado sobre la participación del escuadrón de la muerte "Battalion 3-16" en el gobierno de facto de Micheletti. No se ha hecho eco de las "despariciones", se ha reducido el número de ejecuciones extrajudiciales y casi se han obviado las sospechosas conexiones con el escuadrón de la muerte de 1980. En el gobierno de Zelaya también trabajan miembros del escuadrón, contra los cuales ya se han posicionado CODEH y otras organizaciones hondureñas por los Derechos Humanos. El plan que Obama, Clinton y Lula han llamado "Arias" no hace ninguna referencia a si los miembros del escuadrón deben ser excluídos del gobierno o no.